lunes, 22 de octubre de 2012

Comer setas no siempre sienta bien...




Hace escasos 4 días, un hombre de 47 años procedente de Sant Sadurní d'Arnoia (Cataluña), falleció tras haber ingerido setas venesosas al haberlas confundido con una especie comestible.

¿CÓMO EVITAR ESTE TIPO DE INTOXICACIONES?

Este tipo de confusiones son muy habituales entre los amantes de estos hongos y recolesctores, ya que el aspecto es muy similar y la identificación inexperta de las setas se basa, generalmente, en sus características superficiales. Así, se clasifican erróneamente setas venenosas como comestibles , y cuando las ingerimos por error, las toxinas que genera el propio alimento pueden producir desde molestias gastrointestinales leves hasta incluso la muerte.

Existen leyendas urbanas que conducen a la identificación errónea de las setas salvajes. Por ejemplo, se dice que estas tienen colores chillones y brillantes, que aparecen libres de insectos, que tienen un fuerte y desagradable olor, o que es seguro comerlas si se cocinan lo suficiente.


En realidad no existen criterios simples que nos permitan clasificar los hongos correctamente. Es obvio que la directriz más fiable para evitar el consumo de una seta venenosa es abstenerse de comerla. Sin embargo, algunas pautas básicas que deberían seguir todos los amantes de la recolección de setas, son: 

- No comer setas que no han podido indentificarse sin dudas. 
- No permitir que los niños recogan setas y las consuman sin supervisión.
- No mezclar especies comestibles con otras venenosas o que sean dudosas de serlo, para evitar una conaminacion cruzada. 
- Conocer bien las variaciones locales, ya que unas especies comestibles en unas zonas pueden ser venenosas en otros lugares. 
- Cocinar bien las setas antes de consumirlas.
- Si es la primera vez que se come una especie, hay que probarla  en proporciones pequeñas. 



Se debe de contar con experiencia y con conocimientos sobre taxonómicos, y sobre todo ser prudentes. Pero incluso esto puede ser insuficiente, debido a que las setas están a veces muy contaminadas por agentes externos, como metales pesados o radiación.
Algunas de las setas más letales son las que pertenecen al género Amanita y al género Cortinarius. Otras especies, como las Galerina, las Inocybe, las Tricholoma o las Clitocybe provocan grandes malestares y son letales con menor frecuencia.
 
SIGNOS Y SÍNTOMAS

Los síntomas más graves no suelen aparecer tras la ingestión de la seta venenosa. Generalmente aparecen horas después, cuando la toxina afecta ya a los riñones. Letargo, dolor de cabeza, mareos, sudor frío, vómitos, dolores abdominales, diarreas severas, o ictericia son algunos de los síntomas más habituales.
Si el personal sanitario trata la intoxicación a tiempo, la muerte suele evitarse en la gran mayoría de los casos. Sin embargo, si la especie ingerida es muy venenosa, los síntomas no aparecen hasta pasados unos días y el cuadro clínico de la persona intoxicada deriva a una muerte inevitable. Por suerte, esto sucede sólo raras veces.







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