Bioterrorismo. Gas Mostaza

Saludos Bloggeros!

Continúo hablando de Bioterrorismo. Como los agentes de la categoría B no serían tan devastadores ni son tan usados, voy a hablaros de un tipo de arma que se ha usado es varias ocasiones, causando graves problemas a las personas. Este tipo de armas, son en forma de gas. En este caso, os hablaré del Gas Mostaza, que fue eel arma química más devastadora usada en la Primera Guerra Mundial. 

• Fue esta la más poderosa arma química usada en la primera Guerra Mundial.
• Empleado por primera vez en julio de 1917 por los alemanes en la batalla de Ypres, Bélgica, causó terribles daños a las tropas francesas.
• El gas mostaza se llamó de esta manera por tener un olor parecido al de la mostaza. 

No es realmente un gas, sino un líquido irritante que hierve a alta temperatura, el cual debido a su baja tensión superficial produce vapores, los que, por su alta toxicidad, basta con que exista una muy baja concentración en el aire para causar molestias a la gente o incluso causarles la muerte. Esta arma química se prepara haciendo reaccionar etileno con cloruro de azufre. 

Descargas de gas mostaza en la primera guerra mundial.

Para la segunda Guerra Mundial se eliminaron la mayor parte de las sustancias tóxicas utilizadas en la primera Guerra y sólo quedaron unas cuantas como el gas mostaza, el fosgeno, y el ácido cianhídrico para usos especiales.

Tanto la Mostaza sulfurada como la nitrogenada se utilizaron por primera vez en la Primera Guerra Mundial. La mostaza nitrogenada, fue el primer caso registrado de uso de armas químicas contra población civil, pues en 1924, durante la Guerra del Rif (1921-1927), la aviación española arrojó bombas de gas mostaza, fosgeno y otros gases tóxicos, sobre los habitantes bereberes rifeños y sus aldeas.

Quemaduras con gas mostaza.

En fase gaseosa puede oler a pescado, moho, jabón o frutas. Por debajo de 21 °C pasa a fase líquida, donde adopta un color claro, ámbar pálido o amarillo, y textura oleosa, y es inofensivo. Debido a ello, durante los inviernos de la Gran Guerra, los alemanes lanzaban proyectiles con mostaza nitrogenada líquida que, al caer sobre el campo de batalla, impregnaban a algunos soldados enemigos. Estos, desconocedores del peligro latente, se guarecían en las galerías y conductos de las trincheras donde, al evaporarse el agente químico, causaba la muerte a todo el que no escapase a tiempo al exterior.