Hey, bloggeros! Hoy os hablaré de la Mal de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, una conocida enfermedad parasitaria tropical (generalmente crónica) causada por el protozoo Trypanosoma cruzi.
Lleva el nombre del médico brasileño Carlos Chagas, quien aisló por primera vez el parásito en 1909. Su fue especial en la historia de la medicina, por ser el único investigador que pudo describir por completo una enfermedad infecciosa, es decir, el patógeno, su vector y hospedador, las manifestaciones clínicas y la epidemiología.
Benerice, primer caso de la enfermedad |
Chagas diagnosticó por primera vez la tripanosomiasis el 23 de abril de 1908: Berenice Soares de Moura, de 2 años, fue el primer caso estudiado de la enfermedad. Esta se encontraba en ese momento en aparente buen estado de salud. A los 15 días la encontró febril, con el bazo e hígado aumentados de tamaño, grupos de ganglios linfáticos periféricos infartados e infiltración generalizada. Un año después, abril de 1909, su temperatura era normal y los parásitos sanguíneos habían desaparecido.
53 años después, ciertos investigadores contactaron con la Bernice adulta para estudiar la evolución de su enfermedad. Se determinó que durante toda su vida permaneció asintomática, salvo ciertas quejas o alteraciónes esporádicas; sin embargo, la historia clínica, a lo largo de su vida, no mostró datos de mayor relevancia.
Esta infección es considerada endémica de América. Se estima que cada año se infectan entre 15 y 17 millones de personas, de las cuales mueren unas 50 000. Además, hay alrededor de unos 35 millones de personas infectadas con unos 100 millones de personas en riesgo de contraer la enfermedad. La prevalencia es mayor en las regiones más pobres.Estas cifras permiten que nos hagamos una idea del gran problema de salud que supone esta infección protozoótica.
Reconocida por la OMS como una de las 13 enfermedades tropicales más desatendidas del mundo, el mal de Chagas existe desde la antigüedad y desde entonces constituyen un gran problema de salud en los países más afectados.
Históricamente, se sabe que inicialmente la transmisión del parásito
ocurría entre mamíferos silvestres y los vectores de la enfermedad: los
insectos triatomas. Los primeros humanos en infectarse pudieron ser
aquellos que desplazaron a los mamíferos de las cavernas infestadas de
triatóminos y las ocuparon con fines religiosos o culturales. Así mismo,
la domesticación de algunos mamíferos pudo favorecer un mayor contacto
de la población con los vectores. Se encontraron manifestaciones de la
enfermedad (ADN del protozoo T. cruzi) durante autopsias que se
ralizaron a los restos momificados de habitantes de distintas zonas
americanas de siglos pasados.
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