Los policlorobifenilos (PCB) o bifenilos policlorados son unos
compuestos orgánicos clorados que se forman mediante la cloración del
bifenilo. Poseen una estructura química orgánica similar y se presentan
en una variedad de formas (desde líquidos grasos hasta sólidos cerosos).
La fórmula empírica de los PCB es C12H10-nCln, donde n puede variar
entre 2 y 10.
En 1968, más de mil personas en el oeste del Japón enfermaron gravemente. Padecían de fatiga, dolor de cabeza, tos, entumecimiento de brazos y piernas y llagas inusuales en la piel. Mujeres embarazadas luego dieron a luz a bebés con anomalías congénitas. Posteriormente se supo que estas personas habían comido alimentos cocinados en un aceite de arroz contaminado con unas sustancias químicas tóxicas, los PCB. Hoy en día este hecho se recuerda como los envenenamientos por "yusho", que en japonés significa "la enfermedad del aceite."
El grado de cloración, así como la localización de los cloros en la molécula de bifenilo, van a determinar las propiedades fisicoquímicas de estos PCB.
Así, la presión de vapor o la estabilidad del compuesto disminuyen con
el grado de cloración. Por lo general, estos compuestos son termoestables, no
los ataca la luz y son difícilmente biodegradables (pueden ser
eliminados mediante una reacción química simple que consiste en
tratarlos con sodio metálico.
La producción industrial de PBCs se inició en 1929, por la empresa
Monsanto. También se comercializaron por otra empresa importante del
siglo XX: Swann Chemical Company (inicialmente Anniston Ordnance
Company).
En un principio, estos compuestos fueron bienvenidos debido a sus grandes usos en la industria. Se usaron como aislantes para equipos eléctricos (como interruptores, termostatos, condensadores,…) hasta mediados de los 70, ya que aseguraban una importante estabilidad térmica biológica y química. Debido a sus características anti-inflamables, la mayoría de los aceites dieléctricos con PCB's se usaron fundamentalmente en áreas con alto riesgo de incendio, como plantas industriales, en tranvías y en la industria petroquímica (específicamente en: transformadores eléctricos, condensadores de alta y baja tensión, electromagnetos, interruptores automáticos de media y alta tensión, reguladores de tensión, motores eléctricos refrigerados con líquido, cables eléctricos con óleo fluidos aislantes, balastras de lámparas fluorescentes, sistemas hidráulicos y lubricantes en equipos de minas y barcos, plaguicidas, o agroquímicos).
En un principio, estos compuestos fueron bienvenidos debido a sus grandes usos en la industria. Se usaron como aislantes para equipos eléctricos (como interruptores, termostatos, condensadores,…) hasta mediados de los 70, ya que aseguraban una importante estabilidad térmica biológica y química. Debido a sus características anti-inflamables, la mayoría de los aceites dieléctricos con PCB's se usaron fundamentalmente en áreas con alto riesgo de incendio, como plantas industriales, en tranvías y en la industria petroquímica (específicamente en: transformadores eléctricos, condensadores de alta y baja tensión, electromagnetos, interruptores automáticos de media y alta tensión, reguladores de tensión, motores eléctricos refrigerados con líquido, cables eléctricos con óleo fluidos aislantes, balastras de lámparas fluorescentes, sistemas hidráulicos y lubricantes en equipos de minas y barcos, plaguicidas, o agroquímicos).
Sin embargo, a partir de ciertas
investigaciones, los fabricantes de PCB reconocieron su toxicidad
ambiental. Debido a la forma de uso y sus aplicaciones, en
la práctica fue imposible controlar las emisiones al medio de estos
productos. Debido a esto, los PCB se encuentran hoy ampliamente
difundidos en el medio ambiente, ya sea por vertido directo a partir de
industrias que los utilizan o por combustión y vertido a ríos y aguas
marinas de desechos contaminados. Incluso, se han encontrado PCB en
diferentes productos como leche y sus derivados, tejido adiposo (humano y
animal) y otros órganos con contenido graso como el cerebro y el
hígado.
Son, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), uno de los doce contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano. La legislación actual limita el uso de estos compuestos y su uso está actualmente prohibido en casi todo el mundo, así como su fabricación.
En mi próxima entrada os hablaré de los distintos efectos de estos tóxicos.
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