Hey, bloggeros!
Continuando con la temática "zoonótica" de mi compañera, hoy os hablo sobre la LEISHMANIASIS, una enfermedad parasitaria causada por un protozoo que es transmitido por la picadura de moscas pertenecientes a los géneros Phlebotomus y Lutzomyia. Se transmite, concretamente, a través de las hembras de los jejenes. Puede afectar a humanos o ciertos animales, de los cuales algunos desarrollan la enfermedad y otros son considerados animales reservorios, ya que permanecen asintomáticos pero son portadores. Los síntomas generales de esta enfermedad van, desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta inflamaciones severas del hígado y del bazo.
Existen diferentes tipos de leishmaniasis:
- L. visceral o kala azar: clínicamente, es la variedad mayoritaria. Cobra la vida de muchísimas personas si no se trata a tiempo. Se caracteriza por la inflamación del hígado y del bazo, acompañada por distensión abdominal severa, pérdida de condición corporal, desnutrición y anemia.
- L. cutánea: se caracteriza por la aparición de úlceras cutáneas indoloras en el sitio de la picadura, las cuales se pueden curar espontáneamente o permanecer de manera crónica durante años. Un tratamieto sistémico puede reducir la infección.
- L. mucosa o mucocutánea: es la variante menos común.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Continuando con la temática "zoonótica" de mi compañera, hoy os hablo sobre la LEISHMANIASIS, una enfermedad parasitaria causada por un protozoo que es transmitido por la picadura de moscas pertenecientes a los géneros Phlebotomus y Lutzomyia. Se transmite, concretamente, a través de las hembras de los jejenes. Puede afectar a humanos o ciertos animales, de los cuales algunos desarrollan la enfermedad y otros son considerados animales reservorios, ya que permanecen asintomáticos pero son portadores. Los síntomas generales de esta enfermedad van, desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta inflamaciones severas del hígado y del bazo.
Existen diferentes tipos de leishmaniasis:
- L. visceral o kala azar: clínicamente, es la variedad mayoritaria. Cobra la vida de muchísimas personas si no se trata a tiempo. Se caracteriza por la inflamación del hígado y del bazo, acompañada por distensión abdominal severa, pérdida de condición corporal, desnutrición y anemia.
- L. cutánea: se caracteriza por la aparición de úlceras cutáneas indoloras en el sitio de la picadura, las cuales se pueden curar espontáneamente o permanecer de manera crónica durante años. Un tratamieto sistémico puede reducir la infección.
- L. mucosa o mucocutánea: es la variante menos común.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Si existen sospechas de haber contraído la enfermedad a causa de una picadura de una hembra jején, para el diagnóstico clínico es necesario visualizar al protozoo. Para ello se realizan una serie de tinciones en la zona de la picadura (Tinción de Romanowsky) o una biopsia. El diagnóstico se refuerza con la realización de un cultivo del parásito (identificando su ADN) o mediante métodos serológicos en los que se observa la respuesta inmunológica del paciente a ese tipo de parásito (prueba de Montenegro o Leishmanina).
Visualizar el parásito es importante para hacer un diagnóstico diferencial, debido a que hay enfermedades que pueden cursar con una sintomatología similar.
Una vez determinado el diagnóstico, el tratamiento suele ser complicado. Existen tratamientos de primera y segunda línea. En primera línea se administran fármacos que, por lo general, resultan bastante tóxicos y dolorosos (se administran inyecciones oleosas). Se ha detectado cierta resistencia del parásito a estos fármacos. El tratamiento de segunda línea consiste en fármacos que a pesar de su toxicidad son bastante efectivos. A excepción de un tratamiento descubierto recientemente, que se administra oralmente, los usados habitualmente son también dolorosos.
A nivel mundial, esta infección afecta a 88 países. Se estiman 12 millones de casos, 350 millones de personas en riesgos de contraer la enfermedad y unas 59 000 muertes anuales causadas por la leishmaniasis. Cada año, aproximadamente de 1.5 a 2 millones de niños y adultos desarrollan los síntomas de la enfermedad, y la incidencia de la infección es mayor cuando se presentan otras infecciones. Además, el riesgo de contagio se da principalmente en los países de la cuenca mediterránea y en América Latina, siendo las épocas de más riesgo las de mayor calor.
Hoy en día ya existen ciertas vacunas contra la leishmaniosis, pero no son suficientemente efectivas. Por ello, luchar contra los vectores (es decir, las hembras jején parasitada), detectar animales reservorios, y realizar diagnósticos y tratamientos precoces, son algunas medidas para evitar el contagio y/o el desarrollo de esta grave infección.
Una vez determinado el diagnóstico, el tratamiento suele ser complicado. Existen tratamientos de primera y segunda línea. En primera línea se administran fármacos que, por lo general, resultan bastante tóxicos y dolorosos (se administran inyecciones oleosas). Se ha detectado cierta resistencia del parásito a estos fármacos. El tratamiento de segunda línea consiste en fármacos que a pesar de su toxicidad son bastante efectivos. A excepción de un tratamiento descubierto recientemente, que se administra oralmente, los usados habitualmente son también dolorosos.
A nivel mundial, esta infección afecta a 88 países. Se estiman 12 millones de casos, 350 millones de personas en riesgos de contraer la enfermedad y unas 59 000 muertes anuales causadas por la leishmaniasis. Cada año, aproximadamente de 1.5 a 2 millones de niños y adultos desarrollan los síntomas de la enfermedad, y la incidencia de la infección es mayor cuando se presentan otras infecciones. Además, el riesgo de contagio se da principalmente en los países de la cuenca mediterránea y en América Latina, siendo las épocas de más riesgo las de mayor calor.
Hoy en día ya existen ciertas vacunas contra la leishmaniosis, pero no son suficientemente efectivas. Por ello, luchar contra los vectores (es decir, las hembras jején parasitada), detectar animales reservorios, y realizar diagnósticos y tratamientos precoces, son algunas medidas para evitar el contagio y/o el desarrollo de esta grave infección.
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